Subir la imagen de una persona a la red relacionada con el juego Pokémon Go sin su consentimiento supone una violación de su derecho a la intimidad y a la propia imagen, que está castigada en España con penas de prisión de entre uno y cuatro años o con el pago de multas por un espacio de entre 12 y 24 meses.
"Existe,
en general, un gran desconocimiento de esta legislación, pero
actualmente las nuevas tecnologías están propiciando que se produzcan
con más frecuencia este tipo de delitos", explica Fernando Díaz, abogado
de la firma Elzaburu. Lo más prudente en estos casos es proceder a
pixelar la imagen.
Fotos en propiedad privada
Los
jugadores, a parte de los delitos de allanamiento de morada o contra la
seguridad vial que ya se están dando desde que el pasado día 6 de julio
se pusiese en marcha esta auténtica caza de gamusinos, tienen
posibilidades de ser denunciados por delitos contra los derechos de
autor, intimidad y a la propia imagen y marcarios, así como ser
sancionados por incumplir las normativas de protección de datos. Esta
situación convierte al juego en una auténtica aventura de riesgo.
No ocurre lo mismo con las fotografías
realizadas en la vía pública, en las denominadas pokequedadas, pero hay
que tener cuidado cuando estas se realizan en lugares privados, al igual
que ocurre con los Pokémon que se encuentran en viviendas o lugares
privados.
Convocatoria de 'pokedadas'
Más graves es cobrar por participar en las pokequedadas.
La Guardia Urbana de Barcelona ha abierto un expediente sancionador a
los organizadores de una celebrada en la capital catalana porque no
tenían permiso y porque además han cobrado dos euros a cada uno de los
800 participantes.
La convocatoria de pokeparadas no
oficiales en las que se juntan multitud de seguidores para sus Pokémon, a
las irregularidades administrativas se suman las posibles violaciones
de derechos marcarios, sobre nombres y marcas registradas.
Y el mismo caso ocurriría si una empresa
ajena convocase una en sus instalaciones o alrededores sin contar con el
permiso de Niantic.
Asaltar jardines
Existen
cinco metros de radio que protegen la intimidad de los moradores de la
vivienda de capturas con medios tecnológicos. La Ley estima que las
capturas realizadas en el radio de protección violan la intimidad de
esos inmuebles.
Señala Fernando Díaz, que la política de
Niantic, la sociedad que ha desarrollado y explota el juego, es que los
cazapokemon le informen de los sitios donde se pueden dar este tipo de
violaciones de derechos para cambiarlos de sitio, pero "son lentos en
realizar los cambios".
Legalitas, en una nota sobre el tema,
refiere el caso de las 30.000 visitas en 24 horas que lograba un vídeo
subido a Youtube sobre un ciudadano mejicano que trataba de hacer que
salieran de su propiedad jugadores que invadían su jardín.
Recuerda Legálitas que en España la
entrada en un jardín particular puede ser constitutivo de delito de
allanamiento de morada previsto en el artículo 202 del Código Penal que
puede ser castigado con pena de prisión de seis meses a dos años y una
multa, que se agravará hasta los cuatro años si además se ha realizado
con violencia -rompiendo la valla- o intimidación.
Sin enfocar gente en la calle
Es
posible realizar fotos a fachadas de edificios que estén en la vía
pública. Es lo que se llama libertad de panorama, que está regulada por
la Directiva 2001/29/CE, de 22 de mayo, sobre armonización de
determinados aspectos de los derechos de autor y derechos afines en la
sociedad de la información.
"Esto solo permite realizar fotos a cosas
en la vía pública, no a personas, ya que se violaría el derecho a la
propia imagen. Y esta libertad de panorama, por ejemplo, no rige en
Francia, donde no se pueden subir fotos de la Torre Eiffel cuando está
iluminada, porque se violan los derechos de autor", dice Díaz.
Tampoco rige en España en el caso de
jardines que no están a la vista desde la calle, como podría ocurrir con
el jardín de la casa de Sorolla en Madrid. Y cuidado con las fotos de
fachadas de tiendas con marcas conocidas que, aunque no es habitual,
podrían exigir la retirada de la foto por violar sus derechos
marcarios", explica.
Pero los peligros legales no paran ahí,
puesto que capturar pantallas del exitoso juego y subirlas a la red sin
autorización de Niantic atenta contra los derechos de autor.
Saltar tapias sin permiso
Recientemente
unos jóvenes se han quedado encerrados por la noche en un cementerio
buscando Pokémon y en las Rozas, Madrid, otros dos jóvenes entraron de
noche en un cuartel de la Guardia Civil.
Por ello, Legalitas aconseja que si el
Pokémon está en un local abierto al público, pero fuera de las horas de
apertura también puede ser delito y caerá una pena de seis meses a un
año y multa. La sanción se dispara hasta los tres años si, además, se
emplea la violencia para entrar o la intimidación.
Sin respetar los semáforos
"¿Has
pokedado esta tarde?, recuerda que un buen entrenador respeta las
señales y cuida del entorno!", sostienen los Mossos d' Escuadra, en un
tuit dirigido a los aficionados a este juego que caminan por la calle
atendiendo a su teléfono, sin respetar las normas de tráfico y chocando
con el mobiliario urbano.
Las multas por cruzar las calles sin
respetar las señalizaciones van desde los 80 a los 1.000 euros,
dependiendo del lugar y las circunstancias.
Un enorme 'dolor de cabeza' para las autoridades
El
juego ha trascendido el mero entretenimiento para crear un auténtico
problema a las Corporaciones Municipales. Así, el Ayuntamiento de Madrid
ha denegado el permiso para realizar hoy una 'pokeparada' en el parque
del Retiro y lo ha trasladado al la Puerta del Sol. El número de
suscritos superaba ayer los 5.000 jugadores de 'Pokémon Go'.
El Consistorio madrileño explica, ante el
enfado de los jugadores, que al ver la cantidad total de participantes
en el acto, decidió no permitir realizar la quedada en el parque del
Retiro para protegerlo y buscar otro sitio "que dañara menos el
entorno", explican fuentes municipales. Sin embargo, estas situaciones
no son las únicas que preocupan a las instituciones.
La Dirección General de Tráfico está en
constante vigilancia para detectar a los conductores que van a la caza
de 'Pokémon' mientras conducen. El caso más notorio es el del conductor
de un autobús en Pontevedra, acusado en las redes de hacerlo. La Guardia
Civil lo está investigando de oficio.
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