Elvira F. Balboa y Mariano Rajoy: un aborto secreto escondido por la prensa y del que se desconocen los detalles |
Su entonces máximo responsable, el célebre y prestigioso doctor Santiago Dexeus, es partidario de la objeción de conciencia: solo deben practicar interrupciones del embarazo los médicos que voluntariamente lo acepten y la decisión es tan grave y de tanta transcendencia que debe ser adoptada acorde a la ley y siempre por la mujer, nunca por el médico, marido, padres o tutores.
Ni una sola biografía de Mariano Rajoy menciona este oscuro episodio de su vida ni tampoco ningún medio de comunicación lo ha recordado o investigado ahora que el Gobierno ha puesto en marcha una ley más restrictiva para la interrupción del embarazo, la cual ha provocado enormes protestas en España y en la comunidad internacional. La iniciativa, que ha partido del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, parece haber incomodado al propio Mariano Rajoy, pero no hasta el punto de oponerse a ella.
En 2005, Elvira Fernández Balboa volvió a recurrir a los servicios privados de la Clínica Dexeus de Barcelona para dar a luz a su segundo hijo, Juan Rajoy Fernández. El propio hospital explica muy detalladamente en su web cual es su especialidad: “La fecundación natural y espontánea no siempre es infalible. A veces ni siquiera es posible por motivos fisiológicos o médicos, o por razones de orientación sexual”. Y propone los tres únicos procedimientos posibles: inseminación artificial, banco de semen o fecundación in vitro. El propio Rajoy, muy sagazmente, no ha negado que hubiese utilizado técnicas de reproducción asistida: solo ha matizado que no fue una “fecundación in vitro”:
“Es uno de los múltiples cotilleos que circulan sobre mí. No me he teñido el pelo en mi vida. También he leído que he tenido un hijo por fecundación in vitro. Es absolutamente falso. Que no trabajo... Son tópicos, leyendas urbanas. No me afecta. ¡Qué culpa tengo yo de tener la barba blanca y el pelo negro!”, respondió Rajoy a un periodista de la agencia Efe que se interesó por la cuestión.
El dirigente del PP respondía así a la periodista Virginia Miranda, la primera y única que había escrito lo siguiente: “Los allegados a Elvira Fernández Balboa también la describen como una mujer familiar que disfruta intensamente del día que su marido le reserva en exclusiva cada semana (dicen que esta fue una de sus condiciones para aceptar su matrimonio con el ahora sucesor). También disfruta de la compañía y el afecto de su hijo Mariano de cuatro años. Tras sufrir un primer aborto, la pareja recurrió a la fertilización in vitro en la clínica barcelonesa Dexeus, donde nació el niño el 19 de julio de 1999. En una entrevista concedida por Rajoy las pasadas navidades a la revista “Hola”, fue el aspirante a La Moncloa quien explicaba que su hijo “nació en Barcelona por problemas médicos, concretamente en la clínica Santiago Dexeus, a la que estamos muy agradecidos”.
El periodista Angel Collado, especializado en el PP, también confirmó que Elvira Fernández Balboa había abortado y lo hizo con estas palabras: “Aunque se declara simpatizante del Partido Popular, no está afiliada. Es católica. Los Rajoy Fernández han tenido dos hijos: Mariano (nacido en 1999) y Juan (nacido en 2005). Entre ambos sufrió un aborto y tuvo que ser intervenida sin que el entonces ministro pudiera estar presente en el hospital. La experiencia les llevó a requerir los servicios de la clínica Dexeus”.
Dos días después, un teletipo de la agencia oficial Efe, que normalmente no firma sus noticias, recogía la misma información entre líneas, confirmando de nuevo la interrupción del embarazo de la esposa de Rajoy: “Elvira escogió un vestido extremadamente sencillo, de escote cerrado y manga larga, y falda con volumen, que completó con un pequeño ramo de flores y un recogido discreto. Un look que, si comparamos con la fotografía del balcón de Génova, le sumaba años: la señora de Rajoy parece más joven hoy que hace 15 años, cuando dio el «sí quiero». En 1999 el matrimonio recibió a su primer hijo, Mariano, y en 2005 nacía el segundo, Juan. Entre ambos, Elvira sufrió un aborto. La señora de Rajoy ha hecho de la discreción su seña de identidad y solo apareció ante el gran público, en marzo de 2008, para consolar a su marido después de su derrota en las urnas. Cuatro años después, regresaba al mismo balcón y besaba a su marido”.
Otro periodista del diario 20 Minutos, que dirige Arsenio Escolar, padre de Nacho Escolar, tuvo que firmar con las iniciales “F. P.” el siguiente comentario referido al citado aborto y a sus dos hijos, asuntos sobre los que arrojaba alguna luz más: “Ambos nacieron en la Clínica Dexeus de Barcelona y estudian en el Colegio Británico. Uno de los peores momentos de su vida fue la pérdida de la hija que esperaban a los seis meses de quedarse embarazada”.
Mariano Rajoy y Elvira Fernández se casaron el 28 de diciembre de 1996, tras cuatro años de noviazgo. La pareja se conoció en una cafetería de Pontevedra hoy cerrada por la crisis: “El Universo”. La mayoría de los periodistas que conocieron a Rajoy de soltero -era un anónimo diputado de provincias que alcanzó cierta simpatía por su vida crápula en las noches de Madrid, por su soltería de oro (41 años) y por sus ideas más avanzadas que las de sus jefes directos, Manuel Fraga y José María Aznar– saben al detalle como cambió de vida e incluso de “look” cuando alcanzó el poder: dejó atrás sus amistades más estrechas, entre ellas las de un profesor de universidad -hoy catedrático- y las de un periodista científico -gallego como él-, dejó su barba descuidada, sus secretos viajes de placer a La Habana (Cuba) y sus gafas de pasta con cristal ligeramente ahumado y se casó.
El periodista Enric Sopena fue el único que se atrevió a publicar lo que era un secreto a voces en la Villa y Corte: “Fraga le obligó a casarse”. Y Carlos Alberto Biendicho, el dirigente del PP que fundó la Plataforma Popular Gay (PPG), asqueado de tanta hipocresía, decidió sacarlo del armario en un libro que solo es accesible desde internet.
Un vídeo en Youtube captó en otra ocasión el manifiesto desdén con el que Mariano Rajoy trataba a su esposa Elvira. También son numerosos los testimonios que acreditan como la reforma de la ley de interrupción del embarazo le incomoda hasta tal punto que no quiere pronunciar la palabra “aborto”. Pero fiel a su conocida indolencia, a esa filosofía de la vida que consiste en “dejar hacer, dejar pasar” aunque su propia casa esté ardiendo en llamas, Mariano Rajoy apenas posee un vago recuerdo de aquel aciago día de 1998 en que su esposa Elvira Fernández Balboa interrumpió su embarazo y él ni siquiera le acompañó en el hospital donde se produjo el aborto.
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